domingo, 2 de julio de 2017

IMPORTANCIA DEL RITMO

Los cambios de ritmo en el pádel

Tengo un amigo que se ha negado sistemáticamente, desde la adolescencia, a tomar una sola decisión que no fuera imprescindible. Hizo caso omiso a tres propuestas diferentes de relación de pareja; veranea en la playa de Riazor, a 300 metros de su casa; después del baño, para siempre en la misma taberna a tomar, indefectiblemente, una caña y una tapa de arroz con pollo; los miércoles va al cine con entrada bonificada y no acude jamás a una fiesta nocturna. La felicidad para él consiste tanto en no tener que tomar decisiones como en no separarse de un guión preestablecido. ¿es compatible este perfil con el desempeño apasionado del pádel por esas pistas de Dios, cada una de su madre y de su padre, ante contrarios de todo pelaje y en situaciones de exigencia interna pero también externa? Lo cierto es que hay antecedentes de tales concurrencias. Honorato de Balzac llevaba una vida de monja, según el imprescindible para poder dibujar en sus novelas pasiones desatadas.
¿Cuánto hay de pasión en el pádel? Un maestro de la especialidad me dice que no es precisa ninguna para pasar del Sol a la sombra, de la calma al arrebato violento, de la nevera al protagonismo. Afirma que todo ello se produce mejor desde una cabeza fría, calculadora y con sentido de la anticipación. Como la de mi amigo, que siempre sabe cuándo recoger la toalla y cuando atacar el arroz con pollo y la cañita con el gas bajo la breve espuma.
Desde mi experiencia personal, sin embargo, los tipos brillantes en cualquier actividad presentan rasgos de un gran amor por la vida, en razón a lo que hay de inesperado detrás de cada inflexión del tiempo. Presentan una curiosidad hambrienta y aceptan el reto que supone el hecho de que vivir es nadar en la incertidumbre, es atreverse a tomar decisiones, es ser rápido cuando los demás sestean, ser paciente frente a ataques sin orden ni concierto, ser observador incluso en medio del marasmo, saber conceder para resurgir por sorpresa, aplicar sin remordimientos el dictado del trabajo bien hecho y, al fin, reconocer con pasión el ritmo que nos entraña desde el instante en que somos engendrados.


Clase práctica: ataque-defensa-ataque (secuencia)

                                                                 © imagen: padelstar.es



© entrada:Santi Casal, 2017.


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