Los pies son nuestro punto de contacto con la pista. Es de
importancia trascendente elegir las zapatillas más adecuadas para nuestra
pisada y nuestra forma de desplazarnos.
Muchas veces me han preguntado cuál es el elemento del equipamiento
más importante en el que no conviene ahorrar hasta el límite. Mi respuesta es
invariable: ¡las zapatillas!
En cuestión de palas, actualmente hay variedad de modelos
para satisfacer a jugadores de cualquier característica durante años por debajo
de 100 euros, de una calidad extraordinaria. Una de las claves está en adquirir
el modelo del año pasado. La pala, si la tratamos bien, puede durarnos mucho y
darnos grandes dosis de placer. Pero ¿y las zapatillas? ¿somos pronadores o
supinadores? ¿necesitamos amortiguación extra para evitar que los impactos de
repetición causen estrés a niveles de inserción del sóleo, gemelos, tendón de
Aquiles? ¿qué grado de puente nos conviene para evitar la fascitis plantar? ¿refuerzos
de estabilización frente al riesgo de esguinces rotulianos, rotura de
ligamentos, lesiones meniscales? ¿grado de transpirabilidad que evite la
proliferación de hongos? ¿anchura extra de la horma que permita la instalación
de plantillas correctoras, en caso de ser necesarias? ¿talón con recuperación
de impulsión para facilitar la puesta en acción? Esta última característica
todavía es más importante en casos de mucha presencia en la pista o con
practicantes pasados de kilos. Y también un largo etcétera de elementos técnicos
que hacen de las zapatillas un elemento necesariamente personalizado que marca
la diferencia entre entrar en el dique seco continuamente o llevar una práctica
habitual sin contratiempos importantes. Además, en el aspecto económico también
el consumismo ha propiciado que los que no necesitan picar el anzuelo de lo que
está IN y lo que está OUT puedan hacerse con unas zapas modelo del año anterior
con todas las prestaciones y especificaciones más necesarias incorporadas por
precios que no sobrepasan los 50 € y con sus suelas de caucho inyectado
resistentes a la abrasión nos durarán más de lo que pudiéramos esperar.
Sobre los modelitos de pantalón y polo, la fabricación
masiva de fibras que evacuan el sudor y mantienen la piel seca aportan comodidad
en un deporte que, practicado en exteriores, puede acatarrarnos cuando no hay
ritmo suficiente y las inclemencias del tiempo nos enfrían. Los calcetines sin
costura y a ser posible de algodón. El pádel es una cuestión de buena
comunicación entre la cabeza y los pies para ganar la mejor posición, en el
momento adecuado. Desde una posición de privilegio, ejecutar un golpe
determinante cuando no el definitivo es natural.
© Santi Casal. 2017
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