martes, 4 de julio de 2017

Vantaxes e desvantaxes de xogar coa parella sentimental


Poderíase pensar sen unha análise en profundidade que unha parella sentimental tería vantaxes á hora de unírense para formar equipo no pádel. Semellaría que o seu grao de coñecemento profundo dun membro respecto do outro e a súa complicidade faríanos máis fortes. Terían condutas entre eles máis previsibles; apoiaríase mellor o un no outro; o seu pudor ao manifestar os seus estados de ánimo ou de saúde sería inexistente; coñecerían os estados de ánimo estacionais, os problemas emerxentes as motivacións, os puntos fortes e débiles da súa personalidade, etcétera. Etcétera., de maneira moi exhaustiva.
Ben, pero ¿e os riscos? Teño visto parellas que, aina reunindo todos os factores a favor máis arriba apuntados, son un artefacto explosivo que, máis tarde ou máis cedo, acaba por estalar. E cando isto ocorre é mellor non estar preto. As repercusións máis negativas non son a derrota no partido e a saída do torneo. O máis lamentable é que esas discusións afectan durante uns días á parella na vivencia e expresión dos afectos. Pero, ocorre isto dun xeito diferencial? Pode que si. Hai múltiples causas e non concorren todas necesariamente. Ás veces abonda cunha relación na que están presentes traza de machismo, sexismo, autoritarismo dun membro sobre outro con resistencia á submisión, baixa tolerancia ás críticas construtivas, gusto por recrearse nas críticas destrutivas, repartición desigual e arbitraria das cargas, baixa autoestima e celos, egolatría, perda de noción da realidade, incompatibilidade de caracteres en situación de gran esixencia desde fóra, instinto de posesión que leva a pensamentos erróneos (“mándoche porque es da miña propiedade”),  falta de obxectividade para chegar a recoñecer o propios déficits, procura no pádel do que non se atopa na relación como xeradora de frustración, sentimento de xogar por obriga, reproche ao outro membro por non ocuparse dos fillos durante longas horas de práctica que non se corresponden cos logros obtidos, etcétera, etcétera, etcétera. Pareceralles que esaxero, pero así como abondan as parellas que se formaron a partir de integrar equipo, tamén é frecuente o caso de rupturas sentimentais a partir de discusións fortes na cancha, ese teatro do mundo que saca a relucir os vicios e virtudes dos seres humanos con gran detalle.

Parece, pois, que non é despreciable o risco de mesturar sentimentos íntimos co desempeño dos roles de competición. O pádel como disparador de incompatibilidades que, se cadra, permanecían ocultas na estructura semiprofunda e que o deporte non fai más ca traer a flote.




                                                            © lasrejasopenclub




© Santi Casal, 2017


lunes, 3 de julio de 2017

FLUIR


¡Be water, my friend!
Hay jugadoras y también jugadores que entran en la pista desde el minuto uno tan derechos como modelos de pasarela. Ellas caminan como la Campbell con tacones y ellos como John Wayne cuando no lleva el caballo entre las piernas. No pasaría nada si se quedara en una carta de presentación, hasta el inicio del peloteo. Los problemas surgen cuando esa biomecánica sustituye a un movimiento más natural en pleno desarrollo del partido: la bola queda demasiado lejos de la vista en el momento del impacto; con el centro de gravedad tan alto, el equilibrio es inestable; la puesta en acción es más lenta; el balance atrás-adelante del peso, la transferencia de energía, no son completas; respiración torácica forzada por no utilizar todas las posibilidades de la respiración abdominal como fuelle; mayor brusquedad y desgaste osteoarticular; problemas musculares por sobrecarga, etcétera. Etcétera. Etcétera. En el horizonte todos esos cuerpos derechos pero rígidos se verán deformados, con las rodillas artrósicas, cifosis pronunciadas y lumbalgias por no haber tenido en cuenta el papel preponderante de los abdominales. Todavía circula por ahí el mantra de meter la barriga para llenar los pulmones e impedir la flacidez de los abdominales; una apariencia de cartón piedra reñida con la funcionalidad y con el estado de relajación como la velocidad de crucero que conviene para andar por la vida.

Flotar en la pista, en los desplazamientos laterales y verticales, flotar para saltar coordinados, para iniciar la puesta en acción, para absorber los impactos y para transferir la fuerza. Flotar como resultado de un desarrollo muscular proporcionado, de un trabajo en la elasticidad, de la optimización de la flexibilidad innata, del cuidado y alimentación de las buenas articulaciones, pero además, flotar como una actitud mental, como un modo de estar flexible, abierto, concentrado, preparado para asumir los errores, aprender de ellos y afrontar los retos por difíciles que parezcan. Porque lo rígido quiebra, pero lo que fluye se adapta e incluso es capaz de sacar provecho de las dificultades. ¡be water my friend, be water!


© foto: monitorespadel.com



© entrada: Santi Casal. 2017

domingo, 2 de julio de 2017

IMPORTANCIA DEL RITMO

Los cambios de ritmo en el pádel

Tengo un amigo que se ha negado sistemáticamente, desde la adolescencia, a tomar una sola decisión que no fuera imprescindible. Hizo caso omiso a tres propuestas diferentes de relación de pareja; veranea en la playa de Riazor, a 300 metros de su casa; después del baño, para siempre en la misma taberna a tomar, indefectiblemente, una caña y una tapa de arroz con pollo; los miércoles va al cine con entrada bonificada y no acude jamás a una fiesta nocturna. La felicidad para él consiste tanto en no tener que tomar decisiones como en no separarse de un guión preestablecido. ¿es compatible este perfil con el desempeño apasionado del pádel por esas pistas de Dios, cada una de su madre y de su padre, ante contrarios de todo pelaje y en situaciones de exigencia interna pero también externa? Lo cierto es que hay antecedentes de tales concurrencias. Honorato de Balzac llevaba una vida de monja, según el imprescindible para poder dibujar en sus novelas pasiones desatadas.
¿Cuánto hay de pasión en el pádel? Un maestro de la especialidad me dice que no es precisa ninguna para pasar del Sol a la sombra, de la calma al arrebato violento, de la nevera al protagonismo. Afirma que todo ello se produce mejor desde una cabeza fría, calculadora y con sentido de la anticipación. Como la de mi amigo, que siempre sabe cuándo recoger la toalla y cuando atacar el arroz con pollo y la cañita con el gas bajo la breve espuma.
Desde mi experiencia personal, sin embargo, los tipos brillantes en cualquier actividad presentan rasgos de un gran amor por la vida, en razón a lo que hay de inesperado detrás de cada inflexión del tiempo. Presentan una curiosidad hambrienta y aceptan el reto que supone el hecho de que vivir es nadar en la incertidumbre, es atreverse a tomar decisiones, es ser rápido cuando los demás sestean, ser paciente frente a ataques sin orden ni concierto, ser observador incluso en medio del marasmo, saber conceder para resurgir por sorpresa, aplicar sin remordimientos el dictado del trabajo bien hecho y, al fin, reconocer con pasión el ritmo que nos entraña desde el instante en que somos engendrados.


Clase práctica: ataque-defensa-ataque (secuencia)

                                                                 © imagen: padelstar.es



© entrada:Santi Casal, 2017.


sábado, 1 de julio de 2017

EL CAMINO A LA EXCELENCIA

El día que Maldowich Ferguson, el mejor jugador letón de la Historia de su país, ganó el campeonato del mundo haciendo pareja con Salinger, pronunció una frase mítica:

"Estoy triste. Nunca volveré a acercarme siquiera al nivel que he exhibido hoy"

Lo cierto es que, una vez cumplido un objetivo que estaba muy por encima de sus expectativas, sin duda en buena parte porque el partido se jugó al aire libre bajo una intensa granizada y en medio de vientos de 160 kms. por hora, Maldowich no volvió a encontrar motivación suficiente para entrena duramente cual requería su posición en el ranking. Para colmo de males, su esposa lo dejó para irse con el pedicuro.
Decía Einsten que son precisas diez mil horas de práctica antes de alcanzar la excelencia en el desarrollo de cualquier disciplina. Aplicado al pádel y suponiendo una práctica media de diez horas semanales, se necesitarían veinte años para lograr ese grado mágico. Y ello suponiendo que cada vez que se entrase en la cancha fuera con una mentalidad perfeccionista, de total dedicación y con la tutoría de maestros cual ocurre con las clases de piano para un alumno del Conservatorio.
Pero hete aquí que la mayoría de los jugadores aficionados entran en la pista en la modalidad "pachanga", en la que prevalece la diversión por la diversión de una manera tan palmaria que otros vectores son prácticamente obviados, solapados: aprendizaje, desarrollo de aspectos técnicos y tácticos, nivel de auto exigencia, definición de objetivos, mecánica, innovación, creatividad, superación de errores, etc., etc., etc. El tercer tiempo cobra tanta o mayor importancia que el partido, hasta el punto de que, en algunos ámbitos, el pádel engorda y mucho. Conozco un club en el que no se juega si no hay luego pinchos y cervezas a esgallo. Ninguno de sus miembros baja de los 100 quilos, porque ya tienen de mano puliera, con su queso con marmelo y viandas varias. Más de un contrario, en este microcosmos, llegó a pensar que para pertenecer a ese club era condición sine qua non tener un índice de masa corporal desatado. Por tanto, el objetivo de alcanzar la excelencia es visto tan a largo plazo para la mayoría de los jugadores que pasa a un segundo plano, sustituido por esa otra filosofía tan nuestra de desarrollar otros recursos nada ortodoxos, pero eficaces en el corto plazo y en el submundo en el que nos movemos cuando aceptamos la medianía como una fórmula más adecuada a nuestra posición en el mundo,
A modo de enumeración incompleta, cito algunos de esos recursos:

-golpes ratoniles, de técnica particular, personalizada, ajena a todos los cánones, que obedecen a la necesidad de aplicar un daño sorpresivo al contrario, inesperado, antiestético pero a veces eficaz.
-embarrar el ambiente psicológicamente, rompiendo el silencio respetuoso con el contrario y elaborando juicios de valor, exabruptos, comunicación de emociones, aviso de problemas físicos inventados, pausas extemporáneas, saludos a conocidos entre el público, observaciones sobre el juego del oponente, etc.
-Discusión sobre bolas cantadas como malas por el oponente.
-Tardanza en efectuar el saque, invasión del campo contrario, adelantarse a la línea de saque. etc.
–Bolas lanzadas contra el cuerpo del contrario desde distancias cortas, con vehemencia, violencia, como si se tratara de un ajuste de cuentas o de compensar lo que se pierde por la vía del desarrollo normal del partido.
-Insistir en seguir haciendo mal lo que se sabe hacer mal, para luego lamentarse de ello.
-Consolidar el trazado erróneo del cerebro: la mala ejecución, los pensamientos negativos, la entrega a la derrota como una filosofía de la vida.

El mejor golpe está siempre por llegar. El caso es asumir el camino antes que la meta.



                                                              ©imagen: listas20minutos.com


© entrada: Santi Casal. 2017




jueves, 29 de junio de 2017

LA SUPERACIÓN DE LA VANIDAD

Superar la vanidad:  el pádel como búsqueda de la excelencia desde la humildad

No es infrecuente que los y las padeleras busquen en sus logros deportivos el reconocimiento que no consiguen obtener en otras facetas de la vida. Esto en sí mismo no tendría mayor trascendencia si se circunscribiese a la natural tendencia a hacer las cosas lo mejor posible. El problema surge cuando hay un transfondo de frustración en áreas importantes de la vida y surge la obsesión por remontarla magnificando en exceso, sobreponderando las expectativas de autorrealización a través de la hiperexpresión competitiva por destacar.

Cuando fallan puntos de apoyo esenciales, puntos cardinales en lo que tienen que ver con el trabajo, con los sentimientos, con la situación económica, con la madurez vocacional el riesgo de que surja la adicción como elemento distractivo y como foco absorbente se dispara. Asistimos perplejos al nacimiento de una clase de padeleros que necesitan pasar en la pista un número creciente de horas a diario, a veces en doble o triple sesión. Jugadores que buscan subir de nivel para situarse en un estatus elevado donde comparten clima con los mejores situados en el ranking. Jugadores dispuestos a pagar un potosí por recibir clases del los gurús y que buscan en los triunfos la mirada de admiración de un entorno que se rinde a su atractivo como los nuevos guerreros. Jugadores que han establecido una jerarquía de intereses en la que el pádel figura como primera opción y han desplazado todo lo demás respondiendo a una alteración en la escala de valores que da lugar a situaciones pintorescas. Conocemos casos en los que el jugador no está dispuesto a renunciar a su partido aún dándose situaciones tales como muerte de un pariente o un amigo, cita con el tutor escolar de un hijo, angina de pecho de la pareja, reunión familiar de carácter anual extraordinaria, deber de cuidar a un dependiente, a un hijo o nieto, a una persona mayor con limitaciones, o ante la necesidad de acompañar al médico a la pareja, al hijo  a una consulta trascendente, o de  ayudar en una mudanza, recoger a un familiar en el aeropuerto, etc. etc. etc., y todo para que las estadísticas muestren que el jugador equilibrado en sus intereses, que considera el deporte como un elemento enriquecedor interesante para el cuidado de la salud y que busca en el mejor desempeño dentro de la pista la buena sensación de la superación personal, suele mantener una mejor relación de equilibrio con la asunción de sus limitaciones, la discriminación de lo que más importa y la capacidad para mejorar, pero siempre desde el justiprecio de la ratio entre lo que se puede obtener del pádel, el volumen de esfuerzo que hay que dedicar a ello y el peso de lo que se sacrifica en aras de esa supuesta ascensión. Desde esa claridad de ideas es más difícil que se den esas situaciones lamentables en que se desplaza el foco sobre lo que de verdad es troncal para fijarlo en el ejercicio de la satisfacción onanista de la vanidad.



                                                              © imagen: padelitis.es


© entrada: Santi Casal. 2017

martes, 27 de junio de 2017

Elogio de los pies


Los pies son nuestro punto de contacto con la pista. Es de importancia trascendente elegir las zapatillas más adecuadas para nuestra pisada y nuestra forma de desplazarnos.
Muchas veces me han preguntado cuál es el elemento del equipamiento más importante en el que no conviene ahorrar hasta el límite. Mi respuesta es invariable: ¡las zapatillas!
En cuestión de palas, actualmente hay variedad de modelos para satisfacer a jugadores de cualquier característica durante años por debajo de 100 euros, de una calidad extraordinaria. Una de las claves está en adquirir el modelo del año pasado. La pala, si la tratamos bien, puede durarnos mucho y darnos grandes dosis de placer. Pero ¿y las zapatillas? ¿somos pronadores o supinadores? ¿necesitamos amortiguación extra para evitar que los impactos de repetición causen estrés a niveles de inserción del sóleo, gemelos, tendón de Aquiles? ¿qué grado de puente nos conviene para evitar la fascitis plantar? ¿refuerzos de estabilización frente al riesgo de esguinces rotulianos, rotura de ligamentos, lesiones meniscales? ¿grado de transpirabilidad que evite la proliferación de hongos? ¿anchura extra de la horma que permita la instalación de plantillas correctoras, en caso de ser necesarias? ¿talón con recuperación de impulsión para facilitar la puesta en acción? Esta última característica todavía es más importante en casos de mucha presencia en la pista o con practicantes pasados de kilos. Y también un largo etcétera de elementos técnicos que hacen de las zapatillas un elemento necesariamente personalizado que marca la diferencia entre entrar en el dique seco continuamente o llevar una práctica habitual sin contratiempos importantes. Además, en el aspecto económico también el consumismo ha propiciado que los que no necesitan picar el anzuelo de lo que está IN y lo que está OUT puedan hacerse con unas zapas modelo del año anterior con todas las prestaciones y especificaciones más necesarias incorporadas por precios que no sobrepasan los 50 € y con sus suelas de caucho inyectado resistentes a la abrasión nos durarán más de lo que pudiéramos esperar.

Sobre los modelitos de pantalón y polo, la fabricación masiva de fibras que evacuan el sudor y mantienen la piel seca aportan comodidad en un deporte que, practicado en exteriores, puede acatarrarnos cuando no hay ritmo suficiente y las inclemencias del tiempo nos enfrían. Los calcetines sin costura y a ser posible de algodón. El pádel es una cuestión de buena comunicación entre la cabeza y los pies para ganar la mejor posición, en el momento adecuado. Desde una posición de privilegio, ejecutar un golpe determinante cuando no el definitivo es natural.





© Santi Casal. 2017

 ¡ Deportes para ricos!   O outro día espétame un compañeiro da Facultade ao que non vía dende hai corenta anos: ¡Carallo, meu, así que agor...